Pero, más allá de los prejuicios sociales, ¿quiénes pueden estar en contra de la despenalización?
Vivimos en un mundo que se basa en el dinero, destruimos montañas enteras, hacemos desiertos en praderas fértiles contaminamos el mundo, todo porque de estas cosas un grupo de gente puede generar y acumular dinero. Así es la minería, la agricultura y la industria actualmente. Pero como especie, llegamos a un grado de crueldad enorme, no solo con nuestro medio ambiente, sino con nosotros mismos. Nos matamos, vendemos, envenenamos, esclavizamos, todo para que un puñado de personas acumulen riqueza.
En esta realidad que vivimos, la ley que nos persigue, discrimina y segrega del resto de la sociedad, ¿a quién le sirve?
No es nada nuevo, ni ilógico, es algo que venimos denunciando desde el movimiento cannábico desde el principio, es a los narcotraficantes a quienes se les va a acabar el negocio si se cambia la ley, el generar y acumular dinero. Pero, ¿pueden los narcos trabar una ley, presionar en el congreso para que no salga? Sí, pero sólo si los narcos están entre los políticos. Así como sólo si los narcos están entre la policía, puede haber gente vendiendo drogas en la calle. Tampoco es nuevo, de esto también venimos hablando hace años, no hay narcos si no hay policías que los protejan, no hay narcopolicías si no hay un comisario que sepa, no hay gobernadores que no sepan que sus comisarios protegen narcos.
Pero la policía no forma parte sólo del negocio de las drogas, está en el negocio del robo de autos, desarmado y venta de autopartes, está en el trafico de personas, tiene el negocio de la venta de zonas liberadas, zonas que compran matones de empresas, ladrones, sicarios, barrasbravas. No hay duda que muchas personas que no pertenecen a la fuerza trabajan en estas cosas, pero lo que conecta todos estos delitos es la policía. Con el dinero que mueven todos estos negocios ilegales, los que los manejan tienen un enorme poder, porque el dinero es eso, poder.
Todas las empresas buscan tener contactos en la política para favorecerse de alguna forma, tener legisladores, jueces, hasta gobernadores, ministros, etc. que cumplan con sus voluntades, como esto se logra con dinero, la mafia policial es también política. La policía genera el dinero que va a parar a todos estos bolsillos de funcionarios de estas distintas instituciones. Por esto hablamos de mafia político-policial o mafia institucional, es una mafia que no surge desde afuera de las instituciones, sino que surge desde las instituciones. En general estamos acostumbrados a que nos cuenten desde los medios, que son bandas de delincuentes las que pactan con algún que otro policía, político o juez, como sucede en México con los "cárteres". Si nos cuentan esto, si el discurso que predomina es este, cuando sucede de otra forma, da para pensar cuántos empresarios están también metidos en este negociado, cuántos políticos.
Nuestro enemigo sigue siendo el mismo, los narcotraficantes, pero ese no es el único negocio que tiene la policía, por lo que las luchas contra la inseguridad, el gatillo facil, la trata de personas, la violencia en las canchas, son todas luchas hermanas, nos hermana un enemigo en común que es la mafia político-policial.
Notas de interés
- De jefe de policía a preso común - Página/12
- Cuando las sospechas apuntan a los uniformes - Página/12
- La oscura trama narco policial - Página/12
- La narcopolicía - Pelotadetrapo
Policía y desarmaderos:
- ¿Seguriqué? - Página/12
- La Unidad 48, un penal todo servicio - Página/12
- Quemá esas fotos - Página/12
Policía e inseguridad:
- Cómo dejar de ser invisibles - Página/12
- Las lógicas ejecutivas de la Bonaerense - Página/12
- Una testigo apuntó contra la policía - Página/12
- Los negocios de la comisaría - Página/12
- Los policías del caso Arruga, en comisarías del conurbano - Marcha
Relación de la política con la policía:
- El desafío - Página/12
